jueves, 18 de julio de 2013

MI LAMPARA DE LAVA

Hace unos días tuve que cambiar mi eterna lámpara de lava por una que me brinde más luz (últimamente ando buscando luz de noche). La última vez que la encendí la observe por horas mientras leía, me gusta apreciar como sus burbujas suaves y ardientes se entrelazan, menean sus curvas, se rozan, coquetean, pareciera que iniciaran un rito sexual antes de hacer el amor, como si juntas sanaran esas ansias por amarse, como si tuvieran la suave necesidad de envolverse en tremenda pero deliciosa pasión.

Así fue como me acorde de Lila, una de mis mejores amigas con la que solía desayunar los días que ella estaba libre, es decir después de llevar a los niños a la escuela, ya que vivía para ellos y para su marido, Lila era una de esas mujeres abnegadas, entregadas a ser madres y esposas, pero que olvidaba con frecuencia que aún sentía ganas de ser ella misma. Lila era una mujer muy guapa, pero le ganaban los prejuicios y los complejos que le habían dejado las estrías y celulitis de ambos embarazos; sin embargo, siempre estaba presentable, pero cargaba una mirada triste, la cual a veces la hacía más hermosa, sobre todo cuando andaba distraída. Lila sufría constantes infidelidades por parte de su marido y para colmo este personaje no la dejaba salir a ningún lugar que implique compartir con amigos y hacer vida social, y claro mucho menos conmigo (la verdad nunca entendí porque), lo peor no era eso, lo peor era que no la tocaba, es decir no le hacia el amor, por más que Lila trataba de excitarlo y se ponía los calzones más putos que encontraba, la estrategia no funcionaba, parecía que él tenía la pinga solo para atenciones extra matrimoniales. Lila sufría y el pan francés con el café y yo sufríamos con ella; sin embargo, mi frustración por no poder hacer algo sufría más.

Un día de esos de invierno, Lila llego distinta; con un brillo emancipador en los ojos, sonreía y hasta medio cantaba mientras preparábamos el desayuno. En esos instantes, yo trababa de deducir que rayos le pasaba, mi mente vagaba tratando de imaginar cosas, pensé que quizá al panzón de su marido le funciono la verga, después que la vieja bruja de su suegra murió en un fatídico pero encantador accidente (por cierto, la vieja bruja vivía en la casa de Lila, ¡le hacia la vida imposible!, pinche vieja!) y por último que se había ido de compras, pero jamás pensé que Lila tendría un amante y que este sería el mejor amigo de su marido, esa noticia hizo que mi día fuera más alegre. Lila empezó por contarme como se habían suscitado los escenarios para tal encuentro. Resulta que este señor al que le llamaremos AMANTE (Persona con la que se mantiene relaciones sexuales al margen del matrimonio) llego un día como cualquiera a su casa, necesitaba recoger unas cosas que el marido de Lila había dejado para él, Ella lo atendió amablemente como siempre, pero esta vez le ofreció un café, AMANTE lo acepto de inmediato, conversaron el tiempo necesario para darse cuenta que tenían muchas cosas en común, las cuales ignoraban por completo, a pesar que tenían ya bastante tiempo de conocerse, a raíz de esto quedaron en salir, esas salidas fueron acrecentando su confianza hasta que AMANTE le propuso tener una relación, había encontrado en Lila lo que sea que él buscaba y ella solo quería alguien a quien amar en la clandestinidad, sin reproches, sin cadenas ni compromisos. 

Lila sentía un calor indiscreto y vergonzoso cada vez que lo veía, lo cual la hacía arder en pasión una y otra y otra y otra vez, lo veía por las mañanas después de dejar a los niños en la escuela, ya que AMANTE trabajaba por las noches y solía tener los días libres. Ellos aún mantienen esa relación de desenfreno, lo cual hace vibrar la delicada y hermosa piel castaña de Lila, ella cambió algo muy importante en su vida por el dulce placer de sentirse amada y deseada. 

Desde ese día mis desayunos son más entretenidos y pues pensé que dentro de todo no es tan malo apagar por un tiempo mi vieja lámpara de lava y encender una con mayor luz a ver que pasa.

2 comentarios:

  1. no tenia idea que una lampara de lava fuera tan evocativa, o es que simplemente puedes ver mucho más allá de lo tangible. sospecho que es lo segundo :)
    besos

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  2. Muchas cosas pueden ser evocativas, todo esta en como las mires...besos ludobit

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