lunes, 31 de diciembre de 2012

MI VALENTIN


Recuerdo un día de “san Valentín” en el cual salimos a hacer todo ese ritual que hacen las parejas creyendo que a las mujeres “nos gusta”,  empezó por la tortura de ir en auto con asientos de cuero hasta el parque del amor y hago alusión a los asientos de cuero porque me quemaba todo el cuerpo, encendido por ese ardiente sol de febrero y sin aire acondicionado, por lo cual sólo me quedaba sonreír todo el tiempo, baje del auto y pensé que el suplicio habría culminado, pero no, estuve sentada en una banca de aquel parque llamado “del amor” durante tres largas horas, soportando a los vendedores de flores que se acercaban a cada momento, gracias a los cuales tuve que caminar parte del lugar cargando un ramo de aquellas y un globo platinado que me dejaba ciega con los rayos del sol. No olvidemos que almorcé horas después de mi horario normal de comer y regresé acalorada y con mucho cansancio de ver tanta gente patética caminando con sus florecitas, sus globitos y sus peluches.
Después de tantos años de conocer hombres que trataban de “halagarte” de alguna manera ESE día de san Valentín, después de tantos años de tortura, parece que al final mi día de san Valentín cambiará. Hace unos meses conocí a Josué, un hombre delgado, claro, de ojos pequeños, labios rosados y escaso cabello, con el cual empecé a salir repentinamente gracias a un encuentro casual, encuentro en el cual conversamos por 5 horas consecutivas en un restaurant de larcomar, un restaurant relativamente caro al cual lo lleve a propósito, esperando saber su reacción al pagar la cuenta, una señal importante para mí, no por el dinero; sino por otros aspectos. Fueron unas horas estupendas llenas de risas, recuerdos de la noche en la cual nos conocimos, besos y tocamientos algo indiscretos, dentro de toda la tertulia, llegamos al tema de san Valentín y fue el primer hombre que se atrevió a decirme que odiaba ese día, lo dijo sin reparos y eso me dejo sorprendida, me encantó. Con el pasar de los días y las semanas, seguimos saliendo, compartiendo aventuras, las cuales las escribiré en algún otro momento, pero dentro de aquellos días mientras retozábamos en la cama después de hacer el amor, el me comentó acerca de una canción llamada “MY VALENTINE”, desde ese momento sentí que todos nuestros días serian nuestro Valentín, que todos los días viviríamos nuestra relación de tal manera que no tengamos que celebrar aquel día en el que todos creen que le debemos hacer un ritual a las flores, globos, chocolates y peluches. Sentí que todos nuestros momentos felices son nuestro Valentín.

jueves, 6 de diciembre de 2012

FRAGMENTOS II: enfermizo amor

Azul se pasaba los días en su sarcófago como ella le llamaba, prendía el televisor por momentos, encendía un cigarrillo, caminaba por el departamento observando las fotografías de años pasados por todos los mostradores de la casa, pensaba todo el tiempo en facundo, su rostro reflejaba una sonrisa para cada pensamiento, pensaba en sus condenados calzoncillos de marca; esos que se veían tan sexuales y a la vez pensaba en su estúpida manera de actuar cuando estaba celoso, aún tenía el brazo marcado con sus dedos del último zarandeo tosco y sin motivo, desvió la mirada hacia el cuarto de baño y recordó… aquel día en la facultad de la universidad, hijo de puta pensó, recordaba la escena tan vívida que la excitaba de sólo pensarla; las últimas compañeras acababan de irse, él la cogió de la cintura y la llevó hacia el cuarto de baño casi cargada, la puso de espaldas hacia él y mientras le subía el corto vestido, le cogía los pechos, rápidamente bajo sus medias; mientras el sacaba su miembro, la apoyo contra el inodoro y arremetió su pene analmente, Azul dio un grito mezclado de dolor y placer, el automáticamente le tapó la boca y siguió dándole embestidas hasta eyacular, luego la abrazo y le dijo, si tú quieres sexo fuerte, eso vas a tener, así no buscarás a nadie más que yo para tocarte, te amo Azul. De pronto se escuchó una claxon en el fondo y una voz que decía: Azul ya baja!!!, que hoy nos toca electrónica…

FRAGMENTOS I: inicios

Mientras realizaba el trabajo de investigación, nuestras miradas se cruzaban todo el tiempo en ese salón de clase, mi celular no paraba de palpitar mensajes de texto y mensajes instantáneos, diciendo lo sexy que me veía, era muy excitante; no dejaba de mirarlo y pensar en lo perfecto que era su cuerpo dorado y fornido, muy aparte de aquel terno azul y esos gemelos dorados, lo cual hacía mucho mejor el panorama. De vez en cuando se acercaba y me preguntaba cómo iba con el trabajo, pero luego casi susurrando decía espérame hasta el final que yo te llevaré a casa, era la última en irme, lo esperaba hasta que de la última sugerencia a uno de esos alumnos que no perdía oportunidad de mostrar que se preocupaba por su trabajo y hacerle un ritual al profesor diciéndole lo bien que enseñaba, detestaba eso realmente, me parecía patético. Al terminar su amena charla con dicho alumno con ambivalencias inculcadas por la ambición de notas y puestos de reconocimiento, procedíamos a irnos, me decía: “bueno ya es hora” y hacía los gestos que yo ya conocía, aquellos que significaban que ya era hora de irnos. Ya en el auto y después de haber recorrido todo el campus universitario, me decía: “no puedo creer que seas tan joven y estés con una persona ya tan gastada por esta vida, dime una cosa ¿eres feliz conmigo Azul?”– si Facundo por supuesto que lo soy…encendió el auto y nos pusimos en marcha a casa…