sábado, 30 de noviembre de 2013

GRAAAANDEE PEPE

Recuerdo que íbamos camino a una playa sureña, con mucho bullicio, ventanas del auto totalmente abiertas, cabellos al viento, bikinis, alcohol y música a todo volumen.

Yo iba de copiloto observando todo el tiempo a Pepe, él me miraba, yo lo miraba y así íbamos coqueteando sin hablar, yo suelo estar siempre sumergida en mi mundo, solo escuchaba como todos se divertían en la parte de atrás de la camioneta, haciendo bromas, los chicos piropeando y molestando a las chicas, apretándose el chisguete de bloqueador y Pepe diciendo en todo momento que no le ensucien el carro.

Llegamos a nuestro destino, éramos un grupo de tres chicas y cinco chicos, ninguno emparejado, todos amigos, éramos compañeros de la universidad, amantes de la libertad. Esa noche ya tenían todo planeado, fuimos a la casa de playa de uno de ellos, cada quien tenia su habitación designada, a mi me toco dormir con Miranda, era una de las mujeres mas alocadas del grupo, todo el tiempo hablaba de las vergas de los chicos, quien la tenia mas grande y quien mas chiquita, cuando la escuchaba revolotear hablando de las pingas de nuestros amigos, se me prendió una alerta y le pregunté: - ¿y que tal la tiene Pepe?, a lo que me respondió: - ese huevón a las justas y llega a dos centímetros de tu vagina.

Al saber tal información de Pepe me sentía menos avergonzada y mas segura con los coqueteos, sentía que tal infidencia que había dado bastantes kilómetros de ventaja.

Llegada la noche, cuando ya todos se preparaban para la fiesta y la parrilla, empecé a seguir con la mirada a Pepe, le coqueteaba todo el tiempo y el hacia lo mismo, empezó la música, los tragos, hasta que me saco a bailar, me hablaba al odio todo el tiempo, me susurraba lo hermosa que me veía, lo sexy que eran mis hombros, empecé a sentir como el alcohol trepaba por mi cuerpo y me adormecía el cerebro cada vez mas, entonces deje de beber, poco a poco con el transcurrir de la noche la gente fue emparejándose, el mas ganado fue Javier que terminó tirando con Claudia, la chica mas guapa, y todos los demás podíamos escucharlos hasta la sala, Miranda se quedó conversando con Manuel, Francisco y Jorge. Mientras Pepe y yo seguíamos bailando cada vez mas y mas pegados, en ese momento algo parecía faltarle a nuestro baile y si, era eso, vinieron a mi mente recuerdos de bailes anteriores y casi siempre sientes la verga dura del pata que parece que reventará sus pantalones, sin embargo; con Pepe no pasaba eso y recordé la voz entre cortada por la risa de Mariana: “ese huevón no llega ni a dos centímetros de tu vagina” y seguimos bailando.

Después de unas horas de conversar, nos dimos cuenta que nos habíamos quedado solos, Pepe me miraba con cara de excitación, pero en ningún momento me insinuó ir a tirar, entonces le dije que estaba cansada, me dirigí a mi habitación y al ingresar, Manuel, Francisco y Jorge estaban con sus pingas erectas alrededor de Mariana, automáticamente me di media vuelta y me choque con Pepe muy cerquita a mi, me apretó fuertemente de la cintura, sentía todo su cuerpo casi mezclarse con el mío y empezó a besarme tierna y profundamente, digamos que le tenia muchas ganas a Pepe, pero el tamañito de su pene me desanimaba, sin embargo, me deje llevar.

Besándonos y toqueteándonos caímos en uno de los sillones, íbamos sacándonos la ropa mientras nos calentábamos cada vez mas, el me besaba y mordisqueaba las tetas y yo trataba de cogerle la pinga para saber a que atenerme, pero no alcanzaba a tocársela, cuando de pronto el ya me había bajado el calzón y no me dio tiempo a decir nada, de pronto tenia su tremenda pinga dentro de mi, lo que único que alcance a decir fue un Ay!!!!!!, lleno de dolor y placer, mientras en mi mente pensaba porque Mariana me había mentido, pero no importaba fue el polvo mas rico que tuve ese año.

Al amanecer fui donde Mariana y le pregunté porque me había mentido con respecto a Pepe, a lo que me respondió: - con lo cojudita que eres, si te decía que la tenía grande te ibas a espantar. Pues si, Mariana tenia razón, lo que me dijo de Pepe me hizo sentir segura, sentí que podía manejar la situación, después me vino otra interrogante a la cabeza, jamás sentí la erección de Pepe, días después le pregunte y me dijo que trataba de mantener su pelvis lejos de alguna manera para no parecer un malcriado. Eso me pareció muy lindo de su parte.

Así que desde ese momento no vuelvo a confiar en que alguna mujer me advierta sobre la pinga de alguien, prefiero descubrirlo jajaja…