Muchas noches extraño mis horas
de sueño prolongado, ése sin preocupación o exaltación alguna, sin niños y
tosecillas nocturnas, extraño justamente ésto, mis horas sentada frente a la
computadora, tratando de expectorar algún escrito malsano descifrando mis días.
Extraño perderme en cualquier situación indecente sin tener que regresar antes
del amanecer, extraño mi yo antes de éste, antes de perder mi autonomía garantizada
y administrada por un niño de 5 años. Si ya sé que han pasado varios como para
acostumbrarme, pero creo que nadie termina de acostumbrarse a no tenerse por completo.
Escucho muchos testimonios de madres que buscan desayunar o cenar conmigo para
contarme sus horrorosos días, madres de dos o más hijos, que terminan llorando
de frustración y dándose aliento al mismo tiempo, diciendo: pero que puedo
hacer, son mis hijos y los amo.
Y ahí vamos, perfectamente
entiendo todo lo que dicen, mientras lloran, sollozan y secan sus lágrimas,
pero me queda decir la falsa caricia afectiva para una madre de infantes que no
encuentra consuelo: ¡ya crecerán!
A veces me consuelo pensando que
seré una cuarentona libre de acá a 10 años, que podré irme de vacaciones sola y
desinteresada, pienso lo rico que sería ese momento y me reconforto antes de
dormir, después de mi pesado día, tratando de darme unas horas paras mí.
También visito páginas de modas y bisutería, creando miles de combinaciones en
mi cabeza, pensando en que podría ser una excelente bloguera de modas, otras
veces leo y me introduzco en los submundos sórdidos de ciertos personajes y
autores de mis libros favoritos, otras veces llego a pensar en que soy una
egoísta fantaseando con todo ese tiempo absolutamente para mí, lejos del ruido
de la terrorífica palabra: ¡MAMÁ!.
Me pongo muchas veces a pensar si
todas las madres del universo pasan por esto, a algunas se les ve tan felices
colgando miles de fotos con mensajes jodidamente dulces acerca de sus hijos,
que pienso si lo hacen porque así lo sienten o porque es lo que quisieran
llegar a sentir, como andarse creando una atmósfera color algodón de azúcar
para no ver el lado desagradable del asunto. Otras veces he llegado a pensar en
que todas son egoístas, recuerdo aun cuando no tenía hijos, la mayoría me decía
que tenga ya un hijito, que se me iba a pasa el tren, que son bellos los bebés,
que es maravilloso ser mami. Sin embargo, cuando ya tenía como 6 meses de
embarazo me decían: ¡uy, ahora sí que se viene lo feo, aprovecha en dormir, en
comer, porque ese angelito no te dejará siquiera ir al baño, en esos momentos
yo pensaba, porque pinche madres no me decían eso antes, pendejas!, no
contentas con eso, dos años después, me preguntaban: ¿y para cuando el segundo?,
así que creo que me faltarían insultos, palabras soeces y pensamientos asesinos
para describir lo que pensaba acerca de ellas en esos momentos.
Ahora con todo lo escrito
anteriormente no quiero que piensen que tengo una vida desgraciada, tampoco que
soy una psicótica, amo a mi hijo y le dedico tiempo, claro que sí. Pero extraño
mi tiempo y desde que él se vuelve cada día más independiente, trato de recuperar
el mío, de darme espacio, de hacerme sentir un ser humano con derecho a
disfrutarse. Estoy muy segura que no solo venimos a este mundo a ser padres,
venimos a disfrutarnos, esto no lo escribo solo por las mujeres, lo escribo
también por los hombres que sienten lo mismo, que su espacio ha sido hurgado y
desfasado por responsabilidades, esposas e hijos, que han perdido espacio
destinado a hacerse sentir placidos y plenos. No estamos siendo malos ni
indiferentes con nuestros hijos, por el contrario, nos estamos haciendo un
bien, para darles más de ese espacio bueno de nosotros a ellos.
Suelo ser muy bromista y
sarcástica con mi hijo, eso me ayuda a canalizar muchos de sus berrinches y
cambios de humor, creo que a mi particularmente eso me ha ayudado mucho.
Con respecto a si creo que las
mujeres deben tener hijos, pues creo que tenerlos no es una especie de premio o
realización, pienso que es una decisión que se debe tomar con la cabeza bien
fría y con los planes ya resueltos. Mi hijo es mi plan mejor ejecutado, el más
perfecto, pero de que jode, ¡jode!, eso se los digo con sinceridad a toda mujer
que se viene animando a la maternidad, prefiero ser sincera a que luego me
tilden de egoísta e hipócrita, nadie podría decir que ser padres es fácil, Nadie
podría decir que a causa de cansancio no ha llorado por las noches.
Paciencia. Ya podrás "vengarte" cuando lleve a la enamorada a la casa y le hagas pasar roche a él contando alguna anécdota de infancia con video o foto incluido.
ResponderEliminarEso es lo bueno de la tecnología. 😊
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