Azul estoy harto!!!...harto de tus amigos, tus reuniones, tus jodidos conciertos, estoy hasta la mierda de todo, si tú eres mi mujer, entonces actúa como tal. Cuando escuché a Facundo gritar de esa manera no sabía qué hacer, tenía miedo, pensé que iba a destrozar algo, que me lastimaría, yo lo amaba, pero a veces lo desconocía, en ese instante lo veía gritar y moverse como loco de un lado a otro, solo atine a llorar y no escuchaba nada de lo que decía. Solo pensaba en todas sus actitudes, estaba tan llena de ganas de gritar también y mandar todo al demonio, de decirle que estaba harta de su ex mujer, de su hija, de mis domingos sin él, solo seguía pensando, me decía a mí misma que estaba cayendo en un vacío infinito, me preguntaba cuántas veces más soportaría esto, sentía que mi vida era como una enorme tela espesa, la cual tenía que mover con mucha dificultad y ahora Facundo se había posado sobre ella, para hacerme la carga aún más pesada.
viernes, 27 de septiembre de 2013
lunes, 2 de septiembre de 2013
ESE FEO VICIO
Dicen que ese feo vicio se hereda, pues yo discrepo, mi familia lo odia, creo que es más una conexión invisible, discreta, distinta que me acompaña en mis malas rachas y en mis eternas noches de soledad. Dicen que es muy dañino. Sin embargo, he conocido personas más dañinas en este mundo lleno de cantares complacientes, pero siempre infelices.
Ese flaquito humeante y ardiente se deshace y su cuerpo va desapareciendo en el viento arrastrado cual bolsa u hoja del otoño, a ese al que puedo hablarle sin que me interrumpa y que me oye en completo silencio, haciéndome sentir su centro, su universo. A ese le dedico hoy mi noche en esta humilde prosa. Aumentan más mis ganas cuando al tocarlo se convierte en mi muso, mi inspiración, me regocijo en su eterno olor y lo guardo conmigo.
En muchas oportunidades hemos caminado noches frías, lluviosas, otras hemos llorado, reído, ha sido testigo de tertulias interminables después de hacer el amor con algún amante furtivo momentáneo o eterno, ha estado en mis mejores y peores momentos, he tratado y han tratado de despojarme de él, pero nuestra unión es casi enfermiza simbiótica, cual pareja celotípica y escandalosa. Algunos me proponen hacerlo con clase, con elegancia, pero a mí me gusta así, rústico, original, en su cajita tétrica y desalineada, a veces aplastada por las trochas que lo obligo a recorrer cuando lo llevo en los bolsillos, y él atraviesa paciente todas esas surtideras mías, nuestras, eternas.
Lo conocí a temprana edad, hace ya 14 años y aún me hace vibrar, desnuda mis bajos pensamientos y en oportunidades me arrastra con él a divagar por el viento y lo quiero, lo quiero más. Sé que siempre habrá mística, fidelidad, indecencia y todo aquel sentimiento oscuro que la sociedad no permite, pero que él me deja ser y sentir a su lado.
Esta magnífica noche me acompaña, siempre leal y silencioso, cual lienzo febril de aquel pintor que alguna vez quise esculpir.
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